lunes, 27 de enero de 2014

Nota El Diario - "En Cosquín se consagran los cantores populares"

En un diálogo exclusivo con El Diario del Festival, Jorge Rojas, abordó de la problemática actual que enfrentan los artistas y los festivales populares; pero también, ratifica lo que significa Cosquín para cualquier folclorista.


Por Pedro Jorge Solans

Jorge Rojas es uno de los cantores populares más taquilleros de nuestro folklore. Abrió la 54º edición del festival que lo consagrara por partida doble. En una oportunidad, como integrante de Los Nocheros y después como solista.
En un diálogo exclusivo con El Diario del Festival abordó de la problemática actual que enfrentan los artistas y los festivales populares; pero también, ratifica lo que significa Cosquín para cualquier folclorista. 

-¿La irrupción de internet y las redes sociales han modificado sustancialmente la forma de escuchar música, de comunicarse; y en consecuencia, cambió la industria discográfica y su relación con los artistas? 

-Sí; ahora los artistas somos también productores. Y ese cambio al que te refieres, es un camino que tienen que transitar los festivales populares porque simplemente es así; más allá que debemos conservar nuestra música, rescatar nuestra cultura, mostrar esa forma particular que tenemos los argentinos de vivir nuestras cosas. Mantener nuestras costumbres desde la esencia misma, que nada tiene que ver con cómo lo comunicas. Por ahí quedan muchos prejuicios como lo había antes con los músicos que usábamos instrumentos no tradicionales en el folklore. No es eso lo que debíamos cuestionar; sino que sea, más bien, un aporte a nuestra música a nuestro folklore. 
Las fiestas populares deben seguir porque nuestro pueblo está muy arraigado a nuestras costumbres. En cada provincia, en cada ciudad me animaría a decir, hay una fiesta popular, la cual se hace con música folklórica. Somos un pueblo muy arraigado a nuestras cosas y es bueno que esto siga así; aunque no está mal usar las vías de comunicación que hoy existen. 
Esto no quiere decir que porque un festival utilice estos medios de comunicación esté transformando o brindando algo que no debería ser. Al contrario, yo creo que mantener nuestras costumbres, nuestras cosas, y usar las vías de comunicación que tenemos hoy es bueno. Estaría muy bueno, también, que entrara gente joven y con otras ideas en cada una de las comisiones de las fiestas populares para darles esa impronta, la impronta de la nueva generación. 

-¿Qué significa Cosquín para un cantor?

-Cosquín es, para todos los cantores, un festival especial. Podemos hablar de todas las demás fiestas populares que son maravillosas pero Cosquín es especial. Ha dado al país todos sus artistas. 
Los artistas consagrados en Cosquín han comenzado a transitar todos los festivales, es como que en el escenario Atahualpa Yupanqui te dan el título de cantor popular. 
Entonces, es especial, el cantor llega a Cosquín con muchas ilusiones, porque sabe que ese escenario, esa plaza Próspero Molina, le puede cambiar la vida para siempre en una sola noche. Los cantores saben que viajan muchos kilómetros para llegar a Córdoba y después a Cosquín, y puede que llegue tu noche en el escenario, y esa noche te puede cambiar la vida para siempre. Pero también te puede mandar a la casa con una lágrima porque también, de ahí, son muy pocos los que pueden acceder a ese aplauso consagratorio. Por eso es difícil y tiene su lado maravilloso: que puede pasar, y eso lo transforma en algo especial. 

-¿Y para vos, que estás consagrado, Cosquín sigue siendo especial?

-Y, por supuesto; salir a cantar en Cosquín siempre te emociona de una manera distinta; a mí, en particular, porque yo he recibido dos consagraciones en ese escenario, una con Los Nocheros y otra como solista. 
En dos etapas diferentes de mi vida he recibido ese aplauso consagratorio y la verdad que es único, y ese aplauso significa que a partir de ahí sos un cantor popular, te da eso, esa confianza. Por eso, para mí, es un lugar especial y volver a Cosquín siempre es especial y siempre me voy a sentir emocionado. 
Cosquín es, y va a seguir siendo, un festival popular porque está cargado de estas cosas y es un festival polémico porque siempre va a estar que el que no pudo llegar y el que llegó tarde, el que no recibió un buen horario, el que no salió en la televisión. Pero siempre tendrá una historia que contar, y el que subió a cantar y brilló se llevará un sentimiento especial y va a hablar bien. El festival tiene montones de historias y algunas son realmente tristes, y otras son maravillosas, por eso Cosquín siempre tendrá una historia que contar. 

-¿Te sentís un chorote cantor?

-(La pregunta le arrancó una carcajada gustosa) La familia de mi padre, la familia de mi madre, son como la quinta generación de habitantes del Chaco salteño. 
Un Chaco salteño que hasta hoy conserva más de treinta comunidades de pueblos originarios de distintas etnias. 
Mi mamá nació en Pozo Bravo y era hija de inmigrantes italianos que llegaron al Chaco salteño y convivieron con los diversos. -Ahí es donde en realidad aparece el gaucho. La cruza de esa sangre india que inunda Latinoamérica con aquellos inmigrantes que llegaron- En ese lugar, hay como cinco etnias distintas. 
Mi padre nació al lado de una comunidad Chorote y mi madre a 50 kilómetros de una comunidad Wichi. O sea, escuché hablar a mi vieja en un dialecto y a mi viejo en otro. 
Mis hermanos y yo nacimos cerca de la Merced dónde hacemos el Festival de la Cultura Nativa. Todo lo que sabemos de nuestra historia familiar, es lo que nos han transmitido por generaciones, nuestros abuelos. 
Yo tuve un abuelo criollo y tuve un abuelo aborigen, entonces, yo conozco ambas culturas y las viví desde adentro. Digamos que sabemos de cómo llegaron, como se cruzaron, cómo convivieron durante tantos años. 
Nosotros tuvimos la dicha de conocer el Chaco salteño y de haberlo vivido de esta manera, porque de otra forma, nunca hubiera sabido cómo es y, realmente, hablar con propiedad en este sentido es sólo porque lo vivimos desde adentro, y desde changos, conocemos ambas costumbres y cómo se cruzan culturalmente. Los inmigrantes trajeron sus costumbres que eran muy distintas a las de los originarios. Es obvio que hay una esencia musical que nosotros la traemos de ahí, y es una marca profunda y natural. 

-¿Cómo definirías a esa esencia musical?

-Está basada en nuestra región y en las herencias culturales que tuvimos. Vos lo ves a mi hermano y ya desde su manera de vestir, su forma de expresión es de un pueblo originario. 
La vivencia, la tierra, el lugar, sentarte a hablar con alguien de ahí, no es lo mismo que escucharme hablar de lo que yo he vivido. Y creo que un periodista lo va a contar de una manera muy especial, que no va a ser la misma que yo te cuente cómo viví, lo que viví, que nos pasó, porque para mí va a ser una mirada diferente que el de una persona con una mirada cultural distinta. Podrá decirme: ché, Rojas lo que pasó ahí es esto.