El comentario general entre los periodistas es que ya no se ven caterings como estos, que parecen venidos de la década del ‘90. La frase surge frente a una mesa en la que abunda el jamón en sus versiones crudo y cocido, además de lengua a la vinagreta, quesos de diferentes estilos, jugos naturales exprimidos y panes caseros.
Es evidente que además de un gran artista, Jorge Rojas es un buen anfitrión. Y así lo demuestra cuando abre las puertas de su casa en el complejo Quilay en Anisacate.
El motivo de la invitación es que vuelve al ruedo tras un periodo de silencio. Ahora, mucho más delgado y con la voz en un apogeo de colores, está dando a conocer su último trabajo.
Mi cantar es un disco de 10 canciones propias paridas tras un viaje solitario por Latinoamérica y que terminó de cuajar en las sierras de Córdoba.
–Se te ve bien y contento.
–Me siento muy bien palpitando las últimas horas antes del estreno. Desde hace largo rato que trabajo en este espectáculo; primero gestando las canciones, luego encontrándome con el equipo de trabajo para hacer los arreglos, después en el estudio de grabación que es otra etapa más y, una vez que están las canciones grabadas, generando imágenes para la comunicación.
–¿Cómo sería eso?
–Hoy las canciones necesitan imágenes para comunicarlas. Y luego viene poner a punto el espectáculo en vivo. Estamos ansiosos por volver a encontrarnos con nuestra gente.
La última vez que Jorge “se presentó” pudimos verlo dentro de un estudio de grabación pero no cantando: fue para el lanzamiento del disco de su hermano el Indio, en el que Jorge dirigió la grabación del DVD del otro integrante del clan.
–Estuviste dos años en silencio, pero evidentemente estabas trabajando y no de reposo.
–Esta es una estructura familiar, tenemos esta productora y yo me encargo de lo artístico: hago arreglos, grabación, videos, no sólo para mi trabajo sino para otros artistas. Pero es cierto, en este tiempo estuve trabajando en todo esto que van a ver, que tiene muchísima imagen y mucho sonido. Es la parte que a mí me gusta, con la que estoy comprometido, además de la música en sí.
No sos sólo la voz en escena, cuesta entender eso.
–Hoy subir al escenario es sólo una parte. Quizás hace algunos años, cuando todavía no estaba internet instalado como ahora, las compañías discográficas y las multinacionales se encargaban de todo. El artista tenía que cantar y hacer sus canciones y nada más. Con la llegada de internet cambió absolutamente todo. Hoy tenemos que involucrarnos en todas las áreas: en la comunicación, en las imágenes, no sólo trabajar en lo artístico, en la música, sino en la logística para las giras, en los lanzamientos pensados estratégicamente para que vayan sonando en los lugares donde vas a tocar.
–¿Cómo te resultó ese cambio?
–Tuvimos que aprender mucho y adaptarnos, fue un proceso necesario para poder seguir adelante cantando, interpretando. Para que esa parte se pueda ver, hay un montón de áreas que tenemos que cubrir y que no se ven.
Un disco distinto
En materia de adaptación y cambio, también hay una lectura interesante para hacer sobre el material nuevo. Mi cantar tiene incorporados estilos diferentes a los que Rojas ha explorado hasta el momento, aunque la esencia sigue siendo palpable.
–Hay muchos estilos variados en “Mi cantar”, ¿es una búsqueda personal?
–Sí, yo sabía que necesitaba un disco de canciones inéditas y componer tantas era el desafío. Internamente necesitaba una vivencia, algo que me pudiera motivar para romper lo que venía haciendo, que fuera fresco, que tuviera algo que lo haga distinto, entonces decidí hacer un viaje.
La experiencia de trasladarse a otras geografías de Latinoamérica le permitió estar en contacto con otras culturas, otros paisajes y otras músicas. “La raíz folklórica de Latinoamérica me encanta, me motiva –cuenta–. Estuve un año completo viajando desde los países limítrofes (Chile, Bolivia, Uruguay) hasta subir a Colombia, México, el Cordón Andino y finalmente a Miami, donde se encuentra toda la música latina”.
La experiencia le permitió estar en contacto con gente de la música, participar de talleres de composición y cosechar suficientes brios para dar a luz 20 canciones con abanico rítmico muy variado. “Cada lugar me motivó para una cosa distinta; cada canción guarda alguna historia, algún mensaje”, resume.
De esas primeras 20 canciones quedaron 10, y muchas tienen madera de clásico.
A rodar, mi amor
Este año será intenso, porque a pesar de que Jorge no estará en los festivales de Jesús María ni Cosquín, habrá muchas giras por provincias y presentaciones varias. Y a las presentaciones en el Luxor de Carlos Paz hay que sumarle giras de fines de semana que llevarán el nuevo material incluso fuera del país.
“Va a ser un veranito movido porque las canciones nuevas generan también movimiento; además de rodar por el país también me voy a Uruguay a tocar”, adelanta.
–Pero no hay nada como el pago. ¿Anisacate te ayuda de alguna manera?
–Me da muchísima tranquilidad. Al principio me vine a Córdoba buscando comodidad para el trabajo, porque la mayor cantidad de trabajo está por el centro del país, eso fue cuando estaba con Los Nocheros. Acá encontré la posibilidad de generar espacios para la música, así que muchísimo de lo que hoy está en mis canciones tiene que ver con lo que estoy viviendo hoy acá.
Uno mismo en su cantar
Uno de los videos promocionales de Mi cantar está rodado en el Chaco, y la comparación con la infancia de Jorge es inevitable: un niño descalzo en el monte, una infancia feliz aunque sacrificada, la tierra, la escuela, los maestros, el amor. Todo tiene que ver con todo, inclusive la idea de hacer un viaje para descubrirse a uno mismo.
–Es interesante cómo tuviste que salir del país para encontrar lo que tenías adentro.
–Es que tiene su lógica. Hay algo que yo conozco bien, y se ve en que hasta hace un tiempo casi todas mis canciones eran de raíz folklórica. No me hace falta seguir buscando ahí, conozco desde chico las melodías, las historias, los recursos que necesita la música del lugar; lo que entendí fue que mi búsqueda era crecer a partir de ese lugar.
–Encontrar una nueva forma de mostrar tu cantar.
–Cuando sacás un disco siempre terminás entregando absolutamente todo lo que sos; acá está desde mi primer amor hasta lo que soy hoy; todo el viaje recorrido. Tiene abanico de ritmos variados, pero las letras intentan romper lo que venía haciendo: cambia la forma, no la esencia.
FUENTE: vos.lavoz.com.ar